Uno de los puntos más críticos de microbasurales, que se encuentra en el límite entre la ciudades de Villa Alemana y Quilpué, podría ser erradicado, tras los compromisos adquiridos por ambas lideresas comunales, donde se proyecta mayor fiscalización ambiental, recuperación de espacios y avanzar hacia una futura planta de reciclaje.
Se trata del reconocido sector Alto El Yugo, donde tras una visita inspectiva, las alcaldesas comprobaron la gravedad de la contaminación ambiental que generan los más de 2 kilómetros de desechos y escombros que depositan, tanto vecinos como vehículos de traslados informales.
“Hoy nos juntamos con la alcaldesa Melipillán para conversar de diversas problemáticas que tenemos en común, especialmente las medioambientales. Nosotros como programa de La Villa Alemana que Queremos y Municipio Transformador, decidimos tener tolerancia cero a los microbasurales y para quienes también los provocan. Es por eso, que esperamos que como municipios podamos trabajar en conjunto en educación medioambiental, generar una nueva cultura, especialmente de reciclaje y manejo de residuos domiciliarios”, señaló Javiera Toledo, alcaldesa de Villa Alemana
En el mismo sentido, Valeria Melipillán, alcaldesa de Quilpué, indicó que, “nosotros creemos que una provincia no puede ser mirada desde la perspectiva puntual de una comuna, sino que tiene que verse desde una mirada global. Hoy día tenemos muchos problemas y anhelos que son comunes, como las recuperaciones de espacios y problemas como los microbasurales, que en definitiva si los abordamos en conjunto hacemos propuestas bicomunales, incluso provinciales, podemos avanzar mucho más rápido en sus soluciones, y en eso también tenemos la certeza que desde la Intendencia y la Gobernación se pueden lograr muchas más cosas cuando hay proyectos que son de mayor impacto”.
Tal como se anunció en el encuentro, ambas ediles comprometieron gestionar los recursos necesarios para poder generar un mejor trabajo en limpieza, aumentar la fiscalización y estudiar la posibilidad de proyectar entre ambas comunas una planta de reciclaje que beneficie de manera más eficiente la disposición final y sobre todo, “esperar que los vecinos y vecinas se unan a esta fiscalización, pero que esta no quede solamente en denuncias, sino que terminen su proceso judicial”.